El símbolo de la estrella de seis puntas o hexagrama es un emblema universal que ha sido utilizado con fines diversos por numerosas culturas: de talismán protector hasta símbolo alquímico.
Actualmente se lo identifica con el pueblo judío, aunque también fue utilizado por el islam, el cristianismo e incluso el hinduismo.
Se lo conoce también como "Estrella de David" o Escudo de David, en referencia al padre de Salomón: el Rey David, casado con Betsabé.
Salomón es un personaje, descrito en la Biblia como el tercer y último rey del Israel unificado (incluyendo el reino de Judá). La Biblia lo considera el hombre más sabio que existió en la Tierra.
Logró reinar cuarenta años y su reinado quedaría situado entre los años 970 a.C. y el 930 a.C. aproximadamente.
Construyó el Templo de Jerusalén, y se le atribuye la autoría del Libro de Eclesiastés, libro de los Proverbios y Cantar de los Cantares, todos estos libros recogidos en la Biblia. Es el protagonista de muchas leyendas posteriores, como que fue uno de los maestros de la Cábala.
Distintos textos –en especial el Talmud de Babilonia y algunos relatos musulmanes– difundieron la leyenda de que el bíblico rey Salomón poseía un anillo de propiedades mágicas mediante el cual podía controlar a los demonios y encerrarlos en una botella o hablar con los animales. Dicha sortija portaba un sello con el símbolo del hexagrama al que se le añadía el nombre secreto de Dios.
También es nombrado en la Thorá Judía, el Corán y la leyenda Áurea –libro medieval que contiene leyendas, mitos e historias.
Desde pequeño, Salomón mostró indicios de inteligencia sobrehumana. Consciente de ello, su padre, el Rey David, le enseñó el lenguaje de los pájaros o también llamado el idioma natural, que le dotó de una sorprendente comprensión de las leyes del universo, favoreciendo su innata sabiduría y concepto de justicia.
Su curiosidad fue tal, que empezó a indagar en los misterios de lo sobrenatural, con un especial interés en la magia de la alquimia, la transmutación de los metales, el elixir de la vida eterna…
Estos fueron temas que interesaron profundamente al que fuera el tercer y último rey de Israel. Escribió cientos de libros al respecto, destacando el desaparecido “Manuscrito secreto de Salomón” que contiene hechizos, invocaciones, fórmulas, talismanes, etc.; que aún hoy es el texto más buscado por todos los estudiosos de las artes esotéricas
Durante su reinado, Salomón construyó en torno de sí un mito inquebrantable al paso de los años, alentado, en gran medida, por la creencia de que Dios le regaló el sello anular que refleja el orden cósmico y concede el Hagia Sophia (del griego: Άγια Σοφία, «Santa Sabiduría»)
De esta forma, realizó acciones extraordinarias que perpetuaron su nombre como, por ejemplo, la famosa decisión salomónica (o juicio salomónico) donde dos madres reclamaban un mismo niño: el monarca ordenó que el motivo de disputa (el niño)fuera partido por la mitad, a lo que la progenitora reaccionó renunciando a él; el rey estableció que ésta era su verdadera madre, restituyéndole su hijo y castigando a la embaucadora.
Según los estudiosos, el signo del hexagrama posee un significado similar al del yin y el yang, como representación de los opuestos, así como de unión entre el cielo (la punta del triángulo hacia arriba) y la tierra(la punta hacia abajo).
Sin embargo, el uso más conocido fue siempre el de su carácter protector y mágico, sin que estuviera vinculado a ninguna religión en concreto. Así, en la Edad Media era habitual encontrar amuletos y talismanes que reproducían el Sello de Salomón, generalmente con la estrella inscrita en un círculo y acompañada de varios puntos. Se creía que estos dibujos mágicos protegían a su portador del influjo de demonios y espíritus maléficos, o simplemente de la mala suerte. También era frecuente grabar el Sello en los marcos o dinteles de la puerta de entrada a las viviendas o en los escalones de las escaleras, con ese mismo carácter protector frente a los espíritus o ante posibles incendios.
El prestigioso experto en cábala Gershom Scholem estudió a fondo la simbología del Sello de Salomón y su función mágico-protectora en el islam y el judaísmo, además de rastrear sus orígenes.
La identificación más antigua que se conoce de este símbolo con el pueblo judío data del siglo XIV, cuando los judíos de la ciudad de Praga lo usaron como signo de identidad. Sin embargo, no sería hasta finales del siglo XIX, con los movimientos nacionalistas judíos, cuando adquiriría el sentido actual. A pesar de este detalle, sí se conocen representaciones del Sello de carácter judío en épocas más antiguas, como algunos libros hebreos realizados en España en el siglo XIII.
Pero el uso mágico o esotérico de este símbolo no termina aquí. Tuvo también una gran importancia en la práctica y la iconografía alquímica, siendo representado en numerosos trabajos sobre la Gran Obra como emblema del fuego y el agua. La masonería también cuenta entre sus símbolos con el hexagrama, que aparece plasmado en motivos decorativos de las logias, así como en objetos y obras de arte de cariz masónico.