Sucede a veces que perdemos la
conciencia de la pertenencia al TODO. Nos abruman sentimientos de soledad, angustia, miedos,
culpas, impotencia, sequedad, vacío, falta de fe… Todas estas, manifestaciones
de la separatividad. Como barcas al viento hemos perdido el rumbo… Cuando esto
sucede podemos volver a “anclar” en el
OCÉNO DE LA LUZ DE LA FUENTE”. Para ello, basta tomar conciencia del tubo de luz a nuestro
alrededor.
Es éste un cuerpo energético que
traemos desde nuestro nacimiento. Imagínalo como un tubo de luz alrededor. Y
ábrete a recibir la luz. Cuando la luz ingresa toda separatividad se diluye y
tú comienzas a sentir la pertenencia a ese gran TODO que te contiene. Imagina
tu anclaje, profundiza, sé consciente de
tu respiración y ábrete a recibir. Ábrete a sentir tu lugar- Si, TU lugar en este GRAN OCÉANO DE LUZ DE LA
FUENTE. Empodérate , Recibe y Acepta TU lugar allí. Ánclate, arráigate como lo
haría un ancla que afirma la barca. TU LUGAR afírmalo. Lo tiens, es seguro, es
únicamente tuyo. Imagínalo. Y nuevas energías de luz alimentarán tus
células, y de lo que debas sanar sanarás.
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